Caminando
Pudiera evadir el asomo de las sombras
al caminar toda mi calle hacia tu senda,
las excusas en los llanos que procuro,
el panorama de otro mundo si lo hubiera,
y las curvas visibles en la mente
que contradicen los pasos de mis piernas.
Eludir esos espacios hundidos en distancias
que se alargan a los tuyos en ausencia,
apartar las partidas con demoras,
esquivar rutas bloqueadas y a medias,
los recorridos que se alejan de tus horas,
lo que sobra, separa y no te acerca.
Cuánto de esto que no pisas obviaría,
por avanzar la propuesta de tu urgencia,
por encontrar la plenitud de tu sonrisa,
colgando como adorno en la otra acera,
para ver la mirada en el fondo de tus ojos
hacia la definitiva mía, en línea recta
como la última flecha del trayecto
que dirige al abrazo, al beso que vibra,
en la piel, en las manos… en las venas.
Sin más atajos en caídas que te pierden
en orillas sin la acción de la llegada,
sin la simplicidad de la presencia,
sin los límites de la entrega que funden
al día con su noche en una vida entera.